jueves, 19 de julio de 2007

La agresión física como arma de lucha del neofascismo

Mario Ivan Paredes Mallea
Julio 16, 2007

En la ciudad de Montero, situada aproximadamente a 50 km de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, capital de uno de los 9 departamentos de la república de Bolivia, se viene desarrollando la formación de una de las universidades más singulares de este país bajo el nombre de “Marcelo Quiroga Santa Cruz” (UMQSC). Su singularidad radica en que es producto de las necesidades y esperanzas populares de transformaciones sociales, de las aspiraciones de profesionalización de jóvenes y personas que no tienen posibilidades económicas para acceder a otras universidades, de las ganas de jóvenes profesionales de contribuir al desarrollo del norte integrado de Santa Cruz.

Son varios los años durante los cuales se lucha por conseguir el legal funcionamiento de la UMQSC y de lograr sus correspondientes recursos económicos por parte del Estado. Llegando hasta tal grado lo conseguido en que los tres estamentos de la UMQSC (movimientos sociales, universitarios y docentes) deciden en asamblea y en forma unánime realizar un paro provincial y bloqueo de caminos para el día miércoles 11 de julio de 2007.

El paro provincial tuvo un apoyo generalizado de la población de la ciudad de Montero, mucho más apoyo que aquellos “paros cívicos” impuestos por el Comité Cívico. Por su parte el bloqueo de caminos merece ser comentado con algo más de detalles.

Montero tiene dos accesos carreteros principales, uno por el norte y otro por el sur; al norte se comunica con la ciudad de Cochabamba y localidades del norte y noreste (como Saavedra y Mineros), y al sur con la ciudad de Santa Cruz. L@s universitari@s de la UMQSC desde las 0 horas del mencionado día, se dirigieron en compacta, entusiasta y decidida marcha hacia el norte de la ciudad, procediendo al bloqueo de carreteras en ese sector. Durante la mañana se tenían dos puntos de bloqueo: en la carretera que comunica hacia Cochabamba y en la que da tránsito a Saavedra y Mineros, distantes tan sólo por unos 300 metros. Aproximadamente al mediodía, se hicieron presentes policías para desbloquear el tramo hacia Saavedra y Mineros (que también comunica hacia el ingenio azucarero “Guabirá”), logrando su propósito después de la resistencia de los universitarios de la “Marcelo”. Aquí se vio que la policía no tuvo el mismo empeño e interés para desbloquear el tramo que conduce a Cochabamba, pues se supo que lo que les interesaba era el paso de camiones hacia el ingenio Guabirá, una de las más grandes empresas privadas de la región.

Al promediar la media mañana, un grupo de universitarios, personas de base de barrios populares de Montero y familiares de los universitarios, proceden al bloqueo del tramo de carretera que conduce hacia la ciudad de Santa Cruz. Casi al mediodía llegan a este lugar “jóvenes” enviados por el presidente del Comité Cívico de Montero con la misión de desbloquear la carretera. Como siempre, proceden de forma violenta a agredir a los bloqueadores; resaltándose los siguientes hechos: una señora madre de familia, de ascendencia colla es herida en la cabeza con golpes contundentes dados con machete, dejándola en estado de coma; un hombre entrado en años es herido en uno ojo con peligro de perderlo; varias personas heridas y con huesos rotos por efecto de golpes con palos, puños y patadas; a un joven, además de golpearlo, le robaron su motocicleta. Un niño de unos 12 años que presenciaba las agresiones, recibió una golpiza hasta casi ser desmayado por el sólo hecho de tener aspecto de colla. Todos estos, y otros, actos de agresión física van acompañados de palabras ofensivas, odio racial intenso hacia las personas de piel morena o de ascendencia occidental, andina (collas). Resultado: 20 personas heridas, entre graves y leves.

Luego estos “valientes” jóvenes (entre los cuales se encontraban miembros de la Unión Juvenil Cruceñista, dirigentes de la “barra brava” del club deportivo “Guabirá” y otros) se concentran en la rotonda norte de Montero con la intención de desbloquear por la fuerza el bloqueo de la carretera a Cochabamba, lo que no llegaron a realizar dada la cantidad de universitarios presentes en el bloqueo (aproximadamente 2.000).

Durante el transcurso del día la presidenta del Comité Cívico Femenino de Montero, ofrecía y pagaba Bs. 15 a los motistas (así se llaman a los conductores de moto taxis) que quisieran participar en el desbloqueo de caminos. Otras personas enviadas por dirigentes cívicos ofrecían Bs. 20 a personas de diferentes barrios, para el mismo propósito.

Desde antes, durante y después del paro provincial y bloqueo de caminos, mediante los medios de comunicación, dirigentes de las clases dominantes de Montero denigraban, desprestigiaban, tergiversaban e insultaban a los universitarios y sus dirigentes.

El día jueves por la mañana se procedió al levantamiento del bloqueo, dirigiéndose en marcha, universitarios y docentes a la esquina sureste del mercado “Germán Moreno” para posteriormente desconcentrarse. Un docente de la UMQSC, después de la desconcentración y en camino a una línea de trufis (taxis de ruta fija) fue interceptado por un grupo de los mismos valientes jóvenes y golpeado hasta fracturarle el antebrazo. Varios jóvenes universitarios, después de la desconcentración, fueron también golpeados cuando se encontraban camino a sus respectivos domicilios. Varios dirigentes de organizaciones sociales y docentes de la UMQSC son intimidados mediante llamadas por celular.

Todos esos hechos no pueden por menos de llamarnos a pensar en las manifestaciones expresas y continuadas de un nuevo fascismo incorporado en la ideología y en el accionar de instituciones no sólo de Montero, sino de todo el país. Específicamente en los denominados Comités Cívicos, que actúan de forma prebendal, violenta, intimidatoria contra quienes no piensan como ellos. Luego, la hipocresía, el cinismo, la mentira son características de las expresiones públicas de los dirigentes de los Comités Cívicos, pues de agresores aparecieron como agredidos, según sus propias palabras.

Sin embargo de todo ello, es importante destacar algo que no es común por estos lados y de lo cual, si viviera, Marcelo Quiroga Santa Cruz, se sentiría muy orgulloso: la organización y decisión de l@s universitari@s. Desde antes de comenzar el bloqueo de caminos, en reuniones por cursos, carreras y facultades, y de representantes de curso, se organizaban para todas las contingencias de la lucha, de la mejor manera posible, a pesar de no tener la experiencia que tienen en otras universidades estatales del país. Durante el bloqueo, actuaron como luchadores maduros y muy poco tendrían que envidiar a universitari@s de México, Chile o Argentina en cuanto a organización y ganas de luchar para conseguir sus aspiraciones.

En una semana consiguieron y/o consolidaron lo que se logra en meses de aula: distinguir, diferenciar e identificar los intereses de las diferentes clases y estratos sociales. Una prueba de ello: ante las pretensiones de diferentes “instituciones” de la derecha política de “retomar” y “controlar” la UMQSC, todos l@s universitari@s, de forma unánime están dispuestos a no permitirlo.

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