viernes, 10 de agosto de 2007

Energía para los pueblos

Grover Cardozo
Agosto 10, 2007

Bolivia, Venezuela y Argentina plasman un acuerdo energético de importancia estratégica para los tres países.

En Tarija se lanza la licitación internacional para la construcción de la planta separadora de líquidos en el Gran Chaco, además del financiamiento de 450 millones de dólares para dicho proyecto. En cambio en Entre Rios, Cochabamba se firma el convenio para el inicio de la construcción de una planta termoeléctrica que generará 100 megavatios de potencia para la región con una inversión de 70 millones de dólares.

Estos acuerdos son firmados en un momento crucial para el futuro de la humanidad, cuando el Norte rico e industrializado se desespera ante la inevitable realidad del agotamiento de muchos de los recursos naturales que producen energía, como el petróleo, el gas y el agua.

América Latina se convierte entonces en una región sobre la cual la avaricia de esos países pretende caer, más aún cuando se conoce que en los próximos 20 años la demanda de petróleo y gas crecerá en 22% y 62%, respectivamente.

Muchos analistas coinciden que lo que realmente esta pasando, es que la batalla por los recursos energéticos ha comenzado. Las reservas planetarias se están agotando. El descubrimiento de nuevos yacimientos difiere al menos diez veces de los que actualmente están en explotación y desde 1990 no se compensa lo que se extrae. El proceso de agotamiento es acelerado.

Algunos expertos pronostican que la crisis con los hidrocarburos llegará en el 2033. El pico histórico de extracción de petróleo ya ha sido alcanzado. Más allá, sólo es posible su disminución. Algo parecido aunque un poco más tarde, sucederá con el gas.

En ese ámbito las previsiones que toman los gobiernos soberanos de Bolivia, Venezuela y Argentina es fundamental. Durante siglos nuestros pueblos se empobrecieron porque fue escaso, el patriotismo de sus gobernantes. No debe repetirse esa historia. La ecología social aconseja en este tiempo algo fundamental: El interés de los pueblos, debe sobreponerse al interés de las transnacionales.

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