miércoles, 12 de septiembre de 2007

Propagandas silenciosas

Grover Cardozo
Septiembre 12, 2007

Un terreno en el cual el proceso de transformaciones que tiene lugar en el país está marchando con muchas dificultades, es el de la comunicación, entendido este escenario como el conjunto de condiciones tecnológicas, materiales y humanas que tiene el viejo orden, precisamente para mantener como están, las condiciones de desarrollo económico, social y cultural del país, es decir para que las petroleras sigan haciéndose la América en Bolivia, para que la buena atención en salud siga siendo privilegio de unos cuantos y para que culturalmente sigamos pensando como gringos.

Mientras el gobierno dicta medidas transformadoras y se enfila tras un nuevo paradigma político y social, los grandes medios de comunicación canales, radios y periódicos reman a contra corriente; hablan magníficamente del capitalismo y el consumismo y dicen - sin que muchos lo puedan percibir - que no todo saldrá bien en Bolivia, que las cosas se hacen improvisadamente dejando dudas y sombras en las acciones del gobierno.

Utilizan una sofisticada estructura de dominación mental, con la cual pretenden desanimar a la población y mantienen la mentalidad aburguesada en el pobre. Lo que difunden a través de spots publicitarios de las grandes transnacionales, de las películas de Hollywood o de los programas de farándula y los programas light, va a contrapelo de la visión igualitarista y solidaria que es altamente apreciada en un país pobre y con alto déficit de oportunidades como el nuestro.

Programas, conductores de opinión pública, películas no inocentes y mensajes publicitarios se entremezclan para minar el derecho de un pueblo a escribir su historia, sobre la base de sus usos y costumbres.

Ignacio Ramonet en su libro Propagandas Silenciosas sostiene sobre esto que todas las técnicas tendentes a engañar la opinión, tienen en la actualidad, a partir de la revolución numérica, un auge formidable.

Los nuevos reyes de la manipulación son tanto más horrorosos cuanto que se presentan ante nuestros ojos, bajo la seductora apariencia de los encantadores de siempre. Nos presentan distracciones sin cuento, golosinas para llenarnos los ojos, todo como para dejarnos beatos, eufóricos y felices.

Todos los procesos revolucionarios en América Latina, tuvieron siempre en los valores dominantes de la cultura dominante su principal escollo. Pero cada país ha encontrado el ingenio y la fuerza para desmontar o debilitar esos aparatos manipuladores dominantes.

Por ello mismo para afianzar el avance del proceso de transformaciones que tiene lugar en el país, quizá sea hora de develar los engañosos mecanismos comunicacionales que utilizan los sectores conservadores en su afán de desmontar el proyecto de liberación y cambio que eligió la población en las últimas elecciones. Un primer paso es tomar conciencia de esas manipulaciones.

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