martes, 21 de agosto de 2007

Acerca del brutal golpe militar del general Hugo Banzer Suárez

Escribe: María Tereza Moreira R.
Agosto 21, 2007

El gobierno de facto del general Hugo Banzer fue la dictadura más larga de nuestra historia de Bolivia. Ha dejado profundas secuelas a quienes hemos podido soportar de cerca la represión.
¿Descansará en paz el finado general? ¿Quiénes son ahora sus seguidores?. De los cientos de muertos, desaparecidos, y desterrados jamás quedará en el olvido, tampoco la sangrienta matanza del Valle, ni de los masacres en los centros mineros. El pueblo tiene memoria. Los compañeros que entregaron sus vidas no habían sido en vano. Los excluídos durante su gobierno tomamos conciencia, y esto sirvió para desmoronar a los posteriores oportunistas, como a sectores oligárquicos y a los vende patrias.
Ahora Bolivia y sus habitantes se han dado cuenta del papel que deben asumir en la hora actual. Los cambios se están viendo y son ampliamente beneficiosos para nuestro pueblo.

En la década del 70, recuerdo que mi país, era reprimido, con estado de sitios, allanamientos a las casas, inclusive se lo llevaban algún familiar como preso político, visita a las cárceles, llamadas "casas de seguridad" y en las que no nos dejaban ver a nuestros seres queridos. Y muchos de nosotros hemos pasado esta represión fascista como una de las más mostruosas.
Tengo en la mente todavía cuando le apresaron a mi papi. Después de muchos meses de incomunicación, lo encontramos en la cárcel de Achocalla, en las afueras de La Paz. Mi mami y yo éramos las últimas personas que nos quedamos hasta conseguir a ver a mi papá, después de muchos ruegos y súplicas nos dejaron ver a mi papi. Yo nunca olvidaré la imagen de mi padre, cuando lo sacaron de esa casa de seguridad. Mi papi no nos podía reconocer, parecía como drogado, mas tarde nos enteramos que le habían inyectado pentotal, también tenía las manos atadas y caminaba agachado a pasos cortos por el dolor que sentía ocacionados por la tortura. Para poder cambiarle la ropa, le tuvieron que quitar las cuerdas, y se podía ver el tiempo que lo tuvieron atados. Me aguantaba de llorar, y ayudaba a mi mamá a cambiarle la ropa de mi papi, pués ví que tenía llena de sangre y apelmazada todo el cuerpo, también vimos los cortes en las piernas que según contaban, le habían cortajeado la piel con bayoneta. La visita fue muy corta, me acuerdo que yo trataba de hablar mi papá con un nudo en la garganta y también palpé sus manos para darle fuerza y para que sienta la presencia de nosotras. Mi papá estaba muy mal física y mentalmente. Recuerdo que mi mami se desesperó, quería que lo examine un doctor, ya que entre los presos talvéz alguién podría ayudar.

Las casa de seguridad de Achocalla, eran dos bloques, una casa de piedra y otra la casa de barro o adobe, en la casa de barro según cuentas los compañeros que han estado presos también junto con mi padre, ahí estaban los considerados como los más "peligrosos", es ahí donde lo tenían a mi papá. Me acuerdo bien de un médico psiquiatra que lo vio, no pudo ayudarlo, el tiempo que nos dio para la visita era muy corta. Y nos habíamos olvidado del bus que retornaba a la ciudad. Habíamos perdido el último bus, sin mas que elegir tuvimos que volver a pie hasta la ceja del El Alto, eran varios kilómetros, teníamos mucho miedo y sabíamos que era una larga caminata. Estábamos solas, y con la incertidumbre de que nos podría pasar algo, yo apenas tenía diez años; me acuerdo que llovía mucho y nuestras lágrimas se confundían con la lluvia. Mi mami tenía mucha pena por lo que le habían torturado a mi papi y por lo que hemos visto. Y, hemos sido testigos oculares del horror de esa dictadura del Banzer.
No recuerdo bien cuantas horas caminamos solas, en esos lugares había barrancos, era resbaloso, había también mucho barro.
Ya se había puesto oscuro, pero por fin pudimos llegar a El Alto, y luego nos trasladarnos a nuestro hogar desconsoladas y tristes. Esto fué sólo el principio de un larga pesadilla para mi y para mis familiares.

Muchas familias, han tenido que vivir esos horrores de ése gobierno fascista de Banzer y sus seguidores. Nunca lo vamos a olvidar las heridas que nos dejó el gobierno de facto de Banzer, las heridas no están cicatrizadas para nosotras y no estarán, mientras los culpables de estos crímenes estén sueltos. Mientras los asesinatos y desapariciones de otros compañeros no se aclaren.

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