martes, 21 de agosto de 2007

La capitalidad el caballo de batalla de la derecha

Rafael Rolando Prudencio Briancon (http://www.masbolivia.org)
Agosto 21 , 2007

Desesperada, deliberada y despechadamente la derecha ha decidido, definitiva y dualmente; desestabilizar y desintegrar, jugando todas sus cartas a la vez y orquestadamente ocasionar; el jaque a la Constituyente y el mate al Cambio, con la maniobrera movida del retorno de la Capitalidad a Sucre.

Troyana, tramposa e insidiosamente han introducido de imprevisto dentro del táctico tablero de ajedrez de la Asamblea Constituyente, la capitalidad como su caballo de batalla, ya que con este sofisticado, sutil y subsidiario subterfugio separatista, soliviantan solapadamente el seísmo para que la Constituyente y la Unidad Nacional, francamente fracasen ya que el fracaso de la Constituyente es el fracaso del MAS; pero además el asesino aborto del proceso del cambio constitutivo del país .

Es así como el tectónico tema -la sede si se mueve- es un tempestuoso tejemaneje que tendenciosamente tensiona la teleología -razón de ser- de la Constituyente para que consiguiente y concluyentemente colapse y termine en un terremoto para la Unidad e Integridad Nacional.

Ya lo hicieron inconfesablemente con el asunto de los 2/3, cuando por el largo lapso de ocho meses, o sea las 3/4 del periodo de duración de la Asamblea Constituyente, para empantanarla embusteramente. Hoy por hoy la replica de este resquebrajamiento, es el retrógrado retorno de la capital a Chuquisaca, por eso es que nueva y nefastamente han tramado trancarla; y aún mas es hacer traidoramente trastabillar las trascendentales transformaciones sobre las que trabaja la Constituyente.

La reaccionaria razón para el regreso de los poderes a Sucre, es lo que contraproducentemente ha convertido a Sucre en el enfurecido epicentro para el enfrentamiento entre dos departamentos que históricamente se inflingieron estremecedoras heridas durante la guerra federal de 1899.

Así que el embustero eslogan de “la sede si se mueve” es una artificiosa arenga, que está alentada y apoyada además por los antipatrias autonomistas, ya que con el alevoso argumento de la Capitalidad apunta ha atomizar la unidad nacional.

Las medias verdades de la Media Luna
Por eso que los de la Media Luna han hecho un embustero eco con la Media Verdad de que: También las autonomías departamentales estría en riesgo ahora, porque al haber el gobierno sacado de discusión de la Constituyente el tema de la sede podría desconocer las autonomías departamentales.

Así han manifestado majaderamente y medio lunáticamente los de la Media Luna, alertando artificialmente, con el tema de las autonomías, que en todo caso ya ha sido por demás de consolidado en la Constituyente, y además alternativamente admitiendo alter autonomías de distinta naturaleza.

Cambio vs. Capitalidad
El señorial sentimentalismo sucrense es el que sesgadamente sabotea el soberano significado de la Asamblea Constituyente, puesto que esta vez la rebelde redacción -de la nueva Constitución- está representada por nuevos y alter antagónicos actores a los aristócratas asambleístas que ranciamente redactaron la Constitución Política del Estado en 1825, concibiéndola conservadoramente como la república, que racista y resentidamente relegó a los obstinados originarios de ser parte de un ecuánime Estado nacional. Y por tanto ahora los actuales asambleístas han asumido el reto de rediseñar relaciones recíprocamente respetuosa entre pueblo y poder.

Fue el “huayra levismo” de los Urcullos, Urquizos, Argandoñas y otras favorecidas familias las que por la despótica y doctoral ” domesticación” de los interdictos indígenas, se encargaron elitista y excluyentemente de redactar ranciamente la Constitución Política del Estado, sin hacerlos valer como personas a los indígenas; sino como simples “bestias de carga”.

Y es por eso que esta novelera nostalgia -retorno de la sede- ya está pasada de moda ya que es tan sólo por las patéticas y petulantemente poses paternalistas, que todavía persisten en pensar nostálgica y narcisistamente, de que son aún son la “crema y nata” de la nacionalidad boliviana; y por tanto anacrónica y aristócratamente añoran trasnochadamente con el traslado de la sede de los poderes a Chuquisaca.

Pero son otros tiempos; lo épicos episodios del homérico Octubre del 2003, nos demuestran que: en primer lugar vivimos una época emancipatoriamente distinta a la de la liberación de los criollos y mestizos de 1825, porque ésta es la época de nuevos y alter actores quienes están emancipadamente escribiendo y refractariamente redactando la historia, aunque no sea estando precisamente presentes dentro la misma Asamblea Constituyente; sino haciendo valer decidida desbordantemente su derechos desde donde estén, para rebeldemente redimir sus reivindicaciones.

Por tanto estamos efectivamente ante: la empantanada y empatada ecuación de dos posiciones políticas: o es la defensa del Cambio en la Constituyente o es la melancólica majadería para que caduca y “caballerescamente” la Capital de los poderes regrese ranciamente a la señorial Sucre.

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