viernes, 21 de diciembre de 2007

Cincuenta por ciento mas un voto

Delfin Arias Vargas (Tarija Libre)
Diciembre 20. 2007

¿Por qué ahora los diputados y senadores de Podemos le ponen cortapisas al proyecto de ley de revocatoria de mandato del Presidente y de los prefectos propuesto por el Ejecutivo y aprobado por la Cámara de Diputados?

Las respuestas pueden ser distintas, según manda la coyuntura, pero los legisladores opositores coinciden en que “no es democrático” que el Gobierno proponga que una eventual revocatoria del Presidente y de los prefectos necesite de la misma cantidad de votos más uno por los que fueron electos.

Podemos señala que sólo es necesario que el 50 por ciento más uno de los votantes le digan al Presidente o a cualquiera de los nueve prefectos, o a todos ellos, que se vayan a su casa, y asegura que esto “ocurre en todas las democracias del mundo”.

Aparentemente esta posición rescata el ejercicio de un estado de derecho sino fuera que es producto de una acción política interesada, como muchas de las acciones del grupo conservador que infructuosamente intentó bloquear el desarrollo de la Asamblea Constituyente.

En el “artículo 119 bis”, parágrafo II, de su propuesta de Constitución Política del Estado, conocido como el “libro rojo”, Podemos plantea: “La revocatoria de mandato del Presidente podrá ser solicitada con las firmas de un número de ciudadanos igual al 20% del padrón electoral nacional”.

En el parágrafo III asegura que “el Presidente quedará destituido si el número de sufragios que apruebe la revocatoria es superior al menos en un 10 por ciento al número de votos con el que resultó elegido”.

Si se aplicara esa inicial propuesta de revocatoria de mandato planteada por Podemos —que pudo haber sido incorporada a la nueva Constitución Política del Estado—, para que el Presidente de la República se vaya a su casa, se necesitaría que el 63.7 por ciento de los electores diga con su voto que no aprueba la gestión de Evo Morales.

El Jefe de Estado llegó a Palacio Quemado con el respaldo del 53.7 por ciento de los bolivianos que ejercieron su derecho al voto el 18 de diciembre de 2005 y con la inicial propuesta de Podemos tendría asegurada su permanencia en la Casa de Gobierno.

En el caso de los prefectos, la situación, por analogía, sería la misma. Es decir que los electores de cada departamento tendrían que superar con el 10 por ciento los votos por los cuales fueron electas esas autoridades departamentales.

Por ejemplo, para que el prefecto de La Paz, José Luis Paredes, sea destituido de su cargo, los votos en su contra tendrían que alcanzar al menos al 47.9 por ciento, ya que “Pepelucho” fue elegido con el apoyo del 37.9 por ciento de los votantes paceños.

¿Pero por qué Podemos cambió de posición respecto de su inicial propuesta de revocatoria de mandato?

Las razones son estrictamente políticas. Podemos se caracterizó en los 23 meses de gobierno de Morales por ejercer una radical oposición para conservar el viejo sistema político.

Para lograr este objetivo, no sólo bloquea la gestión gubernamental desde el Senado y el Poder Judicial (cerca de 100 leyes duermen el “sueño de los justos” en la Cámara Alta) sino que su jefe, Jorge Tuto Quiroga, arremete contra todo Presidente o autoridad extranjera que no apoya sus posiciones radicales de desestabilización del sistema democrático boliviano.

El presidente venezolano Hugo Chávez, el secretario General de la OEA, Miguel Ángel Insulza; y últimamente los mandatarios de Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, países del Mercado Común del Sur (Mercosur), además de la presidenta de Chile, fueron blanco de sus ataques por el respaldo unánime que expresaron a la democracia boliviana.

Lo que busca Podemos con su renovada posición del 50 por ciento más uno para revocar el mandato presidencial y de las autoridades departamentales, es defender las gestiones de los prefectos opositores, fuertemente cuestionados por los sectores populares de sus regiones por sus afanes desestabilizadores, divisionistas y actitudes de racismo violento.

Si se aprobara la renovada propuesta podemista del 50 por ciento más uno para defenestrar a las autoridades electas, se necesitarían más votos, por los que fueron electos, para mandar a su casa a los prefectos, porque ninguno de ellos logró alcanzar el 50 por ciento más uno de los votos regionales.

Pero, paradójicamente, serían necesarios menos un 3.7 por ciento más uno de votos para separar de su cargo al Presidente de la República.

Por ejemplo, en el caso del Prefecto de La Paz, con la nueva propuesta de Podemos, para que José Luis Paredes sea destituido serían necesarios un 12.1 por ciento más de votos respecto de los que alcanzó para llegar al gobierno departamental.

Es decir, Podemos apuesta a la ventaja y a la maniobra para presentar como “democrático” su planteamiento del 50 por ciento más uno de votos para destituir al Presidente o a los prefectos departamentales.

Esa es la democracia que defienden los liderados por Quiroga, que desconocen el caudal de votos que eligió para cinco años a las autoridades sujetas, si se aprobara la norma, a revocatoria de mandato.

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