domingo, 10 de febrero de 2008

Adios a un compadre que llega al infierno

Gaston Cornejo (Red Pro Bolivia)

El ser humano de quien hoy me despido para siempre se llama MAURICIO AIRA, en vida fue mi compadre porque hice bautizar a un hijo suyo con el Tata K´alincho en Sipe Sipe. La esposa del santo varón nos dijo que el cura se encontraba oficiando misa en su parroquia. Allá fuimos a espectar sus bendiciones con la cruz rústica, bendecía por doquier y tocaba con el símbolo los labios quechuas de los humildes indígenas politeístas, sumisos de rodillas ante una religión que hasta el día de hoy no comprenden, besaban los palos cruzados sostenidos por manos de sencillo sacerdote, portador de uñas turbias pero útiles en fabricar mostos, piscos y sacar sonidos alegres de charangos y guitarras. Llegó el bautizo, rezamos juntos con mi compadre a nombre del nuevo ungido cristiano que ahora es un señor europeo cultivado y limpio de recuerdos. Después, a campo descubierto bailamos y bebimos ofreciéndonos la emoción más pura, prometiendo el cultivo de lazos de amistad imperecederos. Cuántos momentos inolvidables y gratos, cuántos recuerdos. En ese tiempo, mi compadre era puro y lo quería entrañablemente.

La familia a la que se adhirió fue grandiosa en espíritu y trascendencia. Su suegro, Arturo Dabura fue un Cruzado Caballero de la Mancha en Cochabamba, gentil y exclusivo. Luchita, la mamá, a quien jamás atendió en su senectud, fue un ser de exquisita ternura y bondad a toda prueba; su esposa, una gran dama luchadora, además santa con certificado por soportar y comprender a un marido muy especial que sólo él y yo conocemos. Los cuñados sobresalientes en señorío. Antonio el laborioso y simpático empresario destacado en todo; Guayo, era un artista soñador y amante de imposibles, recitaba como Dios en el Parnaso, saturado de música y poesía subsistirá perenne en la historia de Cochabamba, en el teatro y en la lírica, rodeado de ninfas y primaveras metafísicas. Dios los bendiga y guarde en el paraíso celestial aunque, quizá Yayo no llegó oportuno hasta ese cielo, como buen bardo tenía su carácter y sabemos que “los poetas no mueren, quedan encantados”; así quedó Eduardo Dabura en el cielo estrellado, iluminando mi universo, sensible varón e inolvidable hermano.

Pero, entremos en materia para explicar porqué debo despedirme de un compadre a quien guarde afecto y respeto, a pesar de sus fanfarronadas existenciales y sus tendencias literarias satánicas. Pienso en voz alta y escribo con angustia mi testimonio sensible ante el adiós definitivo.

Porqué Mauricio Aira escribe como un cancerbero cuidando intereses del imperio, vocero de la derecha oligárquica reconcentrada y enemiga del gobierno de Evo Morales AIMA; y contradictoriamente afirma que fue exiliado por sus ideas socialistas. Es decir ¿Por qué se dio la vuelta en transfugio imperdonable?

Pasaron cuatro décadas. Mauricio potosino en Cochabamba viviendo de las cooperativas a quienes estafó a destajo. Sufrí su gestión deshonesta, y lo sabe el condiscípulo ausente Alfredo Leony, al garantizar un préstamo que jamás canceló. Fui herido en mi dignidad y frustrado cuando embargaron por fuerza los muebles del humilde hogar en sus inicios. Decidí darle una lección a lo Dempsey, cuando pude ejercitar violencia, preferí salir humillado; perdoné y traté de olvidar el agravio pero mi compadre comenzó a morir.

El destino alejó nuestras instancias. Sabía que era religiosamente demócrata cristiano, aunque en el salón observé las evidencias fotográficas de Mauricio con todos los presidentes de vergonzosa historia: Barrientos, Ovando, Víctor Paz, el otro Paz, los generales golpistas; inclusive el creador del Plan Cóndor, el amigo de Pinochet en su abrazo de Charaña; hasta imagino estaban los últimos vestigios de la ignominia, García Meza, Luis Arce Gómez amenazando a los bolivianos a transitar con el testamento bajo el brazo.

Mauricio Aira, abruptamente se tornó político de izquierda, socialista, comunista; gracias a ello, se autocalificó exiliado y sin jamás haber sido perseguido, ni torturado, ni apresado, logró asilarse pudiendo llegar a Suecia.

En esos tiempos no convenía ser amigo de extremistas, ni simpatizante del Comandante CHE Guevara, aquel que ofrendó la vida por el futuro de los bolivianos, en pos del Hombre Nuevo y la Utopía que al presente forjamos con denuedo.

Sí, Mauricio democristiano pero con rasgos de fascista en la esencia de su espíritu. Jamás fue hombre de izquierda, combativo y austero; ahora sí, pasadas las zarzamoras, devela su identidad derechista en sus escritos. Muy lejos estaba de poseer cosmovisión renovadora, adicto revolucionario a un nuevo mundo fraternal, en pos de la revolución democrática cultural que hoy profesamos.

Así llegó el socialista perseguido hasta Gotemburgo para vivir de las rentas de exiliado y la protección del Estado de Suecia socialista. Le perdimos de vista muchos años, mas quedó flotando en el alma el halo de emoción evocativa de aquellos seres hermosos que con su cálida presencia enaltecieron la vida, que acompañaron un período formativo de nuestra historia personal. En el seno de esa noble familia se injertó Mauricio. En su pseudo socialismo maduró sus desvíos vivenciales e ideológicos, sus escritos que ahora excitan respuestas biológicas poco naturales; recordamos a un político del MNRA que sugirió ¡aprender a tragar sapos y culebras!, así, comprensivos, tratamos de tragar hasta vampiros, colocando un comino de duda en la degustación de las monstruosidades periodísticas que envía en sus notas publicadas en el diario más neoliberal de Cochabamba.

Actualmente, a pesar de haber sido un exiliado por ser del Movimiento al Socialismo, se muestra íntimo y trabaja en equipo con los integrantes de la anti nación, para los cuales es un destacado vocero glosador, hasta rabiar en sus artículos, revelando una servidumbre mediática que da singultos. Tilda a Evo, a Álvaro, a los ministros, a todo el aparato oficial de las FFAA, a la Policía, a los políticos que acompañamos la rescatada primavera antineoliberal, reconstructora de país, nacionalizadora de la dignidad boliviana, como a émulos de Goebbels Hitlerianos, tiranos, atrevidos, mentirosos; asegura que “la propaganda de Hitler habita el tercer piso del Palacio de gobierno con secretarias, camarógrafos, equipos de Diodato, y hasta algunas “magníficas” según dónde y cuando se quiera teatralizar para la galería” “que hay chismes, mentiras, repetidas a coro por el presidente, su vice, ministros y el eco del vocero” “que resulta una ofensa comparar al Dr. Goebbels”

Ingresa en detalles que es posible juzgar desde Gotemburgo: “cachaneo de diálogo, irresponsabilidad del Goebbels criollo que algún encanto tendrá antes de que lo veamos tal cual es, convertido en un monstruo, sin careta ni máscara posible”, queda en suspenso sin identificar al insultado.
A continuación, entra en terreno sucio: “tratan de convencer al boliviano por un cambio que no se ve por ninguna parte, salvo en el destierro de la corbata, el menor uso de jabón y en el puño izquierdo en alto que sustituye al V del MNR”. Siendo genuino potosino destila racismo, muestra la hilacha de su fachada interior.
Continúa con una sarta de dislates que emergen propias de un cerebro anticipado en el Alzeimer. Adjetivaciones extraídas de una interioridad propia donde deben estar concentrados todos los anti valores expresados en sus escritos tendenciosos.

Retornó alguna vez a la Llajta; al verlo, el corazón entró en arritmia retrocediendo al tiempo del afecto y la confianza, incluso compartimos merienda acompañados de los nobles Jaime Méndez Quiroga y Edwin Tapia Frontalilla. Fue un retorno pasajero, años después del fingimiento comunista aderezado con anécdotas de prisión y tortura por Luis García Meza, quien ni siquiera se preocupó de los pseudo-izquierdistas porque atacó a los verdaderos.

En su exilio voluntario, en largos años y madurando odios se inscribió en la logia fascista de los Montaner, de los Vargas Lloza viviendo su “Perfecto Idiota”, emuló a renegados regionales como el sobrino cuyo nombre callo por decoro, abogado de la Empresa Privada y usufructuante de USAID; con todos ellos celebra ritos satánicos apoyando a los cívicos y perfectos medio lunáticos, identificado de consuno con otros escritores de “extrema” simpatía y loros orientales, con el hijo del respetable filósofo de San Andrés a quien José Antonio Arze dio una tremenda golpiza intelectual, con grandes pseudo críticos, teatralizados politólogos, encomiables opositores periodistas renegados que no perdonan una al gobierno del “indígena”, con ellos Mauricio expulsando racismo por todos los poros de su extremada y endurecida epidermis derechista.

Quise concluir mi réquiem de despedida debatiendo con el agonizante para darle el golpe mortal previo a su definitivo deceso, argumentando puntuaciones de altura a su baja estofa de sus múltiples, difamantes notas. Guardé para más tarde aquel referido al suscrito: “Los políticos del MAS”. Otorgándole una confianza suplementaria, hasta le envié artículos propios, pero la reciente publicación: “Acciones distractivas del Gobierno” colmó el vaso de la ecuanimidad y la prudencia. No ha lugar el debate racional, sobrio e inteligente; el contenido íntegro es absurdo y despreciable. Decidí mejor, darle por muerto, a mi extinto compadre Mauricio Aira, para mejor recordarle con respeto y rectitud, retrotrayendo juventud y nobleza.

Porque desde la lejana Suecia, cumple deberes pagados enviando notas que avergüenzan. Dispara cañonazos desde la trinchera enemiga contra la gente sencilla, patriota y honesta para la cual van destinadas nuestras mejores acciones políticas y ansiedades; difama y ofende a nuestros gobernantes, tratando de empañar sus gestiones, enturbia por los medios opositores la clara intencionalidad y relevancia histórica de la revolución económica, política, social y cultural que necesita Bolivia y sus ciudadanos.

Él sí, está íntegramente al servicio de intereses neoliberales en forma pueril y falaz, aprovechando y adulterando acciones políticas benéficas, cuestionando realidades, revelando sin cuidado su pertenencia a la CIA del imperio, por lo menos muestra su adherencia oligárquica.

Hubo en Bolivia un periodista de lujo, de notable sabiduría y ética, don Eduardo Ocampo Moscoso, debe ser el referente de la bioética en la comunicación. Hay otro en Quito de apellido Espinosa, de excelencia. Conocemos multitud de otros seres de riqueza cognitiva y de pureza afectiva con valores humanos incandescentes en la comunicación. ¿Verdad Edwin Tapia, verdad Federico Sabat? Antes de su extinción, Mauricio pudo aprender de Waldo Peña Cazas, ¡ellos sí, son referentes que dicen su verdad, en forma honesta, limpia e impoluta, mensajera en su ejemplaridad y en su estructura!

Mauricio Aira precisamente no lo es, quizá porque leyó a Fouche, o a Vargas Lloza, o memorizó a Montaner, para denigrar el perfil ético que debe caracterizar al profesional de la comunicación.

Abrí el archivo: “Volcán Etna en erupción” cuando leía la nota coincidente de Mauricio Aira en Los Tiempos, entré en erupción y estallé en el réquiem que con pesar le dedico. Como la lava hirviente es el furor que me embarga en el velorio de mi ex compadre difunto. Merece esta despedida y mucho más de oratoria y escritos con pluma sopada en vitriolo, hasta me parece que emito humaredas de adjetivos por respuesta ante el contenido de sus escritos.

Diría Guayo Eduardo Dabura engrosando su hermosa voz de tenor bien timbrada, mirándome a los ojos: ¡Estamos viejos de experiencia para morir callando! ¡Di tu verdad y rómpete! Así lo hago con dolor, pero firme y decidido asegurando que mi ex compadre es un monumento burilado al servicio del imperio, de la antinación que nos abruma en sus intentos separatistas, pero, más sereno tranquilizo al espíritu cuando evoco que existen hombres y mujeres saturados de valores y principios, en todos los estratos sociales de mi patria, respetuosos de la verdad sublimada en compromiso patriótico, anteponiendo la unidad, la solidaridad, la responsabilidad, la alteridad y el servicio genuino a la nación. Cuando rescatamos del fondo del corazón el testamento del venerado Antonio José de Sucre…”Un premio pediré aún a la Nación…”

Mauricio podría, como el Lázaro bíblico, volver a la vida, al afecto, si en un rapto de honor declara ¡quién paga sus escritos! ¿Por qué, habiendo sido exiliado de izquierda, hoy pretende destruir un proyecto de profundo cambio histórico, aquel que se persiguió desde siempre en nuestra patria? ¿Por qué atenta a la verdad desde la Suecia socialista? Necesita un De Profundis para dialogar con la conciencia. Como Senador del Movimiento al Socialismo le invito a construir patria con el gran Presidente de Bolivia, don Evo Morales Aima, el indígena del honor, cuando él retorne a la vida.

Jamás recibirá un artículo honrando este suspiro de irritante velorio, sumando este réquiem por su pasaje frustrado en el registro existencial. No soportamos más sus equivocados juicios, no aceptamos su pensamiento cargado de intencionalidad sesgada cumpliendo órdenes sectarias como ocurre con selectos senadores de PODEMOS. Algunos sí, fueron verdaderos izquierdistas, hoy deben votar por la antipatria y sabemos que lo hacen con pesar cuando trascienden, en el trasfondo del debate, los cinco siglos de colonialismo disgregante y luego una historia arguediana negativa, excluyente, depresiva, de racismo insoportable.

Cuando en un rapto de sanidad mental recomponga su actitud y reequilibre la reflexión sobre su equivocada posición política, en una posibilidad última, ojalá a tiempo, le invitaré a luchar desde la montaña andina, desde lo alto de nuestra dimensión vital, cual Prometeo encadenado a la justicia, a la verdad, a tomar las armas para lograr la victoria que ennoblece, comprometidos ambos con la Nueva C.P.E que aprobada por el soberano, permitirá la marcha inmediata hacia la luz del horizonte glauco, hacia el nuevo país de la Utopía realizada, concluyendo la corrupción y la ignominia. Formaremos legión, si recupera, hermoseando pensamientos junto al intelectual Álvaro García Linera, al equipo de ministros y políticos patriotas que laboran, con errores naturales, más con victorias, la construcción requerida por la Patria.

Hasta que se dé esa opción, doy por extinto a mi compadre Mauricio Aira. Muerto a la fraternidad y al amor si continúa en trinchera enemiga; le encontraré, de visita temporal y de curioso nada más, en el infierno, próximo al séptimo círculo del Dante. En realidad, ya le observé el pasado año, plastificado en el cuadro de la Iglesia Jesuítica de Quito, grabado entre los seres que sufrían las sanciones eternas de los pecados capitales entre satanaces vigilantes en el candente averno, pintura colonial del Siglo XVII.

Se despide Gastón Cornejo Bascopé, Senador por el MAS, ex compadre a quien le duele la muerte civil de un periodista que pudo haber sido un héroe.

Cochabamba, 9 de febrero 2008

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