martes, 23 de octubre de 2007

El pueblo saldrá a las calles si fracasa la Asamblea Constituyente

Eulogio Limachi
Octubre 23, 2007

Desde que entró en vigencia la Carta Magna redactada en la ciudad histórica de Sucre, la mayoría de la población fue impuesta con una serie de párrafos descabelladas, y, como para no creer, en uno de los artículos de CPE editado el 2 de febrero de 1967 dice así, los menores de 21 años de edad no son ciudadanos. O sea que la niñez y la juventud no están contados como parte integrante de este país, Bolivia. Si hasta personas mayores en el área rural no hace mucho, habían sido pongos. La vida del campesino dependía del patrón. Nuestros padres y abuelos saben y cuentan de sus tragedias. ¿Qué tipo de maltratos habrían recibido de los hacendados? Entonces el movimiento indígena tenía razón de revelarse con acciones violentas.

En nuestros días los tratos del "patrón" se han actualizado con otros tintes. Los terratenientes de la media luna, los empresarios privados, los utilizan ahora a sus trabajadores como esclavos, con salarios de limosna, inclusive les obligan a salir a las denominadas marchas cívicas para frenar el cambio planteado por las organizaciones sociales.
El estado colonial tiene que acabar por el bienestar de la patria y sus habitantes. De lo contrario puede volver a repetirse las escenas del 52.

Desde 1982, el pueblo mantuvo la democracia ininterrumpida, que tampoco fue gratuita. Por las calles corrieron sangre. Centenares de niños han perdido a sus seres queridos, quedaron huérfanos porque sus padres fueron acribillados con balas asesinas por órdenes de los cabecillas de partidos neoliberales, como en la masacre del 2003 en la ciudad de El Alto. La juventud alteña palpó de cerca los conflictos sociales, y fueron testigos aculares de esa masacre llamada la "Guerra por el Gas", ahora son éllos los actores sociales, que también piden el cambio estructural para Bolivia. La actual CPE tiene que pasar al tacho histórico, puntualizan.

Por otro lado, "la patria está en peligro", dicen los medios de prensa en Bolivia. Los que están realmente en peligro son los oligarcas y terratenientes que han saqueado a Bolivia.
Sucre (2006) fue nuevamente la cuna de la inauguración de la nueva Asamblea Constituyente, lugar para refundar Bolivia, y esta vez incluido los indígenas, gracias al clamor del pueblo y por la llegada de Evo Morales Ayma al poder mediante el sufragio.

La oposición, que conforman los partidos neoliberales antidemocráticos, los actuales terratenientes, empresarios, y toda esa gama de los dirigentes de la media luna, en estos momentos buscan cualquier pretexto para que fracase la Asamblea Constituyente, primero con los dos tercios, y ahora con la capitalidad. Quieren mantener la vieja Constitución a toda costa porque les favorece en gran parte.

El pueblo está a la espectativa, hasta el 14 de diciembre quieren terminado el texto constitucional, ¿quién, o qué partido político garantiza una nueva Constitución?
Si fracasa la Asamblea Constituyente, significa que la lucha de las organizaciones sociales habrá acabado. ¿Será un retroceso total?. Entonces el pueblo saldrá a las calles, no para protestar, sino para hacer una revolución, una guerra civil.

La tricolor nuevamente flameará en las calles en señal de conflicto social, ése es el gran riesgo. Se tiene que evitar a toda costa. Entregando una moderna Constitución al soberano.
Hay intereses internos y externos que tratan de descuartizar Bolivia, porque nuestro territorio es rico en recursos naturales. Quieren saquear nuestras riquezas a como de lugar, y eso no hay que permitir, los verdaderos bolivianos somos los mejores para defender el país en las calles y en las plazas.

Después del 14 de diciembre, ¿habrá fiesta? ¿será que los fusiles determinen el futuro de la patria? ¿o qué otra sorpresa tendremos? ¡Ojalá la Asamblea no fracase!.

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