ABI
Octubre 29, 2007
Roma, 29 oct (Enviado especial de ABI).- En compañía del padre Marcos Zuppi, el presidente boliviano Evo Morales recorrió atento y maravillado la famosa Basílica de Santa Maria de Trastevere, construida en el año 1100 y que aloja pinturas que datan de 1000 años atrás con alegorías originales a la Navidad y otras festividades del calendario cristiano.
Maravillado, como un niño, el presidente Morales recorrió toda la iglesia, recibiendo en el atrio de la misma una profusa explicación de las obras que recuerdan la pasión y muerte de Jesucristo y la fiesta de la Navidad.
El mandatario boliviano, junto al embajador Esteban Elmer Catarina y los viceministros Sacha Llorenti y Héctor Arce, cumplieron el itinerario de la mañana este lunes con una visita a la comunidad de Santo Egidio, que agrupa a un grupo de voluntarios samaritanos de la indigencia.
A las 05.45 (hora boliviana) el presidente llegó a la comunidad Santo Egidio, donde fue recibido por el padre Marcos Zuppi y el grupo de voluntarios, italianos y argentinos que sostienen la obra.
La Comunidad Santo Egidió, nació en 1968, como resultado de las reflexiones que surgieron en el Concilio Vaticano II de Roma y los compromisos de orden social adoptados a partir de entonces por los sectores de base de la Iglesia Católica.
"Bienvenido Presidente. Usted sabe lo que representa para todos los cambios que comenzaron en 1968 y nosotros estamos en ese camino buscando la fraternidad de la humanidad", expresó el sacerdote.
El Mandatario boliviano expresó su satisfacción por reunirse con un grupo cristiano que trabaja con principios de solidaridad y ayuda al hermano.
La Comunidad de Santo Egidio, se identifica con un ecumenismo pacificador y regularmente realiza acciones de solidaridad con gente que vive en las calles.
Aboga también por la situación de los inmigrantes y entre uno de sus mayores logros, esta su participación en las conversaciones de paz que finalmente pacificaron a Mozambique.
LA BASÍLICA
La Basílica de Santa Maria de Trastevere de Roma es una de las máximas expresiones de la religiosidad católica.
Una historia verdaderamente milenaria y tiene el peculiar rasgo de recoger en Navidad los bancos de oración e instalar mesas para que la gente de la calle y con dificultades económicas pueda ingresar a la iglesia y compartir la comida de dicha celebración.
La Basílica se vuelve comedor y recibe a cientos de indigentes y gente que sufre en las calles por déficit de solidaridad.
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