jueves, 1 de noviembre de 2007

Un acuerdo en aras de la Constituyente

Grover Cardozo
1 de Noviembre de 2007

Como en episodios anteriores de nuestra historia las soluciones políticas llegan al borde del abismo, es decir cuando los bolivianos prácticamente estamos mirando el precipicio y un suave temblor estremece nuestro cuerpo.

El tema de la capitalidad en los términos que lo estaba planteando el Comité Interinstitucional de Sucre, estuvo a punto de echar el acuerdo por la borda, y tras una última y decisiva reunión, se logró que Sucre flexibilice su posición y que por tanto se descarta la opción de trasladar las sesiones de la Constituyente a Oruro.

Practicamente al filo de su fracaso, la Asamblea Constituyente encontró hoy un acuerdo sobre la demanda de capitalidad plena que garantiza el desarrollo del magno foro en Sucre, mientras que los dirigentes de Chuquisaca asumieron el compromiso de velar por su desarrollo.

Sobre el traslado de los poderes que reclama Sucre, se acordó "trabajar un acuerdo que resuelva el tema de la capitalidad en el marco de las diversas propuestas para su posterior constitucionalización en la primera sesión plenaria de la Asamblea Constituyente".

Es decir, se acordó que esa demanda regional no será enviada a un referéndum dirimidor y será incorporada en la nueva Carta Magna con una redacción consensuada y con el apoyo de dos tercios de los votos.

Al filo de la navaja y antes de que Oruro sea la nueva sede de sesiones de la Constituyente, el Comité insterinstitucional presidido por Jaime Barron dejó a un lado su radicalidad, tal como antes lo hiciera con varios puntos de la Constituyente el Movimiento al Socialismo.

Lo hicieron porque en los cálculos y juego de intereses, no les quedaba otra opción porque la radicalidad de un grupo de dirigentes no podía echar por la borda todo el proceso constituyente que le está costando al país esfuerzos inmensos de concertación y entendimiento.

El interés de un solo departamento o de un grupo de dirigentes de un departamento no podía ni puede bloquear el futuro de todo un país. Con este acuerdo se vislumbra mejor un pacto constituyente que nos de a los bolivianos un horizonte de construcción común y concertado de la patria durante las próximas décadas.

En definitiva cedieron todos, porque en toda sociedad la regla básica de convivencia es pelear por los derechos propios sin afectar los ajenos. Sucre estuvo en el error, pero a tiempo retomó el camino de la sensatez y ahora se vislumbra un diálogo del que seguramente saldrán las soluciones que requiere el país.

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