martes, 4 de septiembre de 2007

Santa Cruz somos todos. Manifiesto de ciudadanos cruceños independientes

Septiembre 4, 2007

Se está condenando a la muerte civil a quienes no repiten en el alma
un único discurso oficial supuestamente cruceñista, a quienes no
respaldan su violencia, a los que no aceptan sus dogmas.
Líderes cívicos y políticos, así como diversos medios de
comunicación, alientan la confrontación en lugar del consenso, la
excomunión en lugar del respeto y la tolerancia y la guerra en lugar
de la paz. Hay instituciones que manipulan nuestra pertenencia a esta
tierra y el amor que le profesamos, tan sólo para defender
intransigentes sus propios intereses, sus exclusivos proyectos
políticos y sus privilegios.

Nos preocupa y por eso intervenimos. Estamos convencidos de que somos
personas, clases, culturas, regiones y proyectos que avanzaremos y
creceremos en la mutua escucha atenta y en la gestación en común de
una tierra auténticamente de todos.
La diversidad es riqueza, es vida y es libertad, en este momento y
siempre. Sólo aceptando y respetando esa fecunda diversidad
encontraremos caminos y respuestas para enfrentar los retos que nos
trae cada nuevo día.

Hay innumerables y esperanzadores futuros regionales. Hay diversas
autonomías posibles, amplias, justas y solidarias. Hay infinitos
proyectos y horizontes que todos podemos soñar.
No aceptamos que se ignoren y desoigan las opiniones y los aportes,
los derechos, las esperanzas, los disensos y los cuestionamientos
nuestros y de toda la sociedad. No aceptamos que en nuestro nombre se
pregone y se ejerza la violencia. No aceptamos que se apropien de la
verdad que puede nacer cada día en Santa Cruz.

Es necesario que se conozca y comprenda a nuestro pueblo que habla
diferentes idiomas, que piensa de distintas maneras, que festeja de
innumerables formas y que llora infinitos dolores. Es necesario que
se nos escuche a todos, que se nos respete el derecho a construir
juntos la nueva Santa Cruz.

Planteamos y convocamos a la recuperación de los valores cruceños, la
hospitalidad propia de su cultura, de sus ansias ciudadanas de vivir
en paz y armonía; condiciones fundamentales para producir y generar
bienestar para los que habitamos esta tierra bendita.

Willy Rivero Jordán - Alejandro Colanzi Zeballos - Betty Tejada
Soruco – Helena Argirakis Jordán - Alvaro Puente Calvo – Jaime
Parejas Román - Fernando Prado Salmón- Miriam Suárez - Gisela López
Rivas – Licy Tejada Soruco - Roberto Parejas Román - Irina Feldman -
Ramón Ginestet Menke -Verónica Farell Vidal – Pepe Parejas Añez -
Mario Siddhartha Portugal Ramírez - Isabella Prado – Jerjes
Justiniano Talavera – Carlos A. Barreros Suárez – Carlos Guzmán
Córdova – Majda Suleiman R – Carla G. Ariscain Gine – W. Magali
Cavero Gonzáles – Alberto Serrudo Reynols – José Sánchez Hervas –
Oswaldo Antunez Ortiz – Benito Sensano Mauriel – Carmen Elena
Sanabria Salmón - Miguel Bustos - José Ros Izquierdo - Juan
Martínez Cusicanqui - Rony Vaca Pereyra - Eduardo A. Carrasco R. -
Gerardo Villegas Querejazu - Ana María Lema Garrett – José Sucre
Guzmán

1 comentario:

boris miranda dijo...

Las esperanzas cruceñas

boris miranda*

Intereses ocultos, con actitud mezquina e intolerante, han secuestrado la voz de las instituciones que debieran acogernos y representarnos sin exclusiones. Así dice el manifiesto ‘Santa Cruz somos todos’ que salió publicado en El Deber este domingo dos de septiembre. Era obvio que existían voces distintas a las frecuentes de los Marinkovic, Costas, etc. Aun así es importante destacar esta aparición en un momento donde, como país, estamos cayendo peligrosamente en satanizaciones regionales. Importante además que esto suceda en septiembre, el mes más cruceño. Mes donde se profundizan, muy peligrosamente, mayores diferencias que hospitalidad en tierra cruceña.

Trinchera de las clases privilegiadas, a los cruceños los bombardean a diario con los mensajes de los defensores de la desigualdad. Desde múltiples espacios la población es abordada por contenidos malintencionados exhortando a sus cariños más profundos. Líderes cívicos y políticos, así como diversos medios de comunicación, alientan la confrontación en lugar del consenso, la excomunión en lugar del respeto y la tolerancia y la guerra en lugar de la paz. Se puede ver en los medios de comunicación de manera descarada, en las gigantografías dedicadas al presidente Morales que aparecieron en la ciudad, en las pintadas de las calles, en las exhortaciones al regionalismo insano que salen de esas instituciones. La feroz campaña tiene sus resultados en todo el país. El regionalismo está instalado en las calles de Santa Cruz y desde La Paz y otras ciudades cometemos el grave error de responder generalizando mal a las poblaciones del oriente. Respondiendo regionalismo con regionalismo perdemos.

Cualquier disidencia bajo tales condiciones es digna de realce. Hay instituciones que manipulan nuestra pertenencia a esta tierra y el amor que le profesamos, tan sólo para defender intransigentes sus propios intereses, sus exclusivos proyectos políticos y sus privilegios. La bajeza de apelar a la cruceñidad, el control de los medios de comunicación, el apropiamiento de una causa común a todo el país como es el desarrollo vienen confrontando a Bolivia. La hostilidad se viene esparciendo, cruceños que fueron a Sucre, alteños que amenazan con ir. Los odios regionales de Bolivia nos están llevando al absurdo de poner a pelear a pobres contra postergados; a los necesitados contra los desvalidos. Regiones, atrasadas todas, peleando alentadas por los intereses de grupos que, además, son en gran medida responsables de ese atraso. Por eso nos alegran estas voces, saludables para todo el país. Estas expresiones deben abrirse camino. Para superar esta confrontación puesto que todos queremos lo mismo, mejorar la situación.

Que bueno que se denuncie la manipulación y ojalá que día a día sean más los que reconozcan lo que están haciendo con nosotros. Queda lejos del desarrollo y de la liberación la pelea entre subalternos porque de subalternos así nunca vamos a salir. No fue suficiente aprovecharse de nuestros espíritus democráticos o de nuestro apego al diálogo aun en momentos de tensión alta, apelan también a nuestras sensibilidades regionales. Y seguirán fomentando causas de confrontación obstinados en no perder sus injustos privilegios. Mientras se vayan extinguiendo las estructuras que fomentaban la exclusión las élites renovarán las causas para incendiar al país. La población adquiere importancia sustantiva por eso mismo, la salida del círculo de la confrontación depende de nosotros.

Hay innumerables y esperanzadores futuros regionales. Hay diversas autonomías posibles, amplias, justas y solidarias. Hay infinitos proyectos y horizontes que todos podemos soñar. Si las autonomías tienen contenidos auténticos de un proceso participativo y no los manotazos de viejos gobernantes todo bien, todos con las autonomías. Otra vez; la autonomía puede ser un proceso que explotando nuestra diversidad estreche lazos solidarios para que el país avance en conjunto, sin exclusiones. Desgraciadamente a algunas regiones solamente llega la versión que reza que el centralismo paceño y su gobierno totalitario no quiere cederles espacios de poder. Frente a todo ese ruido es difícil percibir que esas autonomías actuales vienen impregnadas del viejo sistema excluyente que gobernó a Bolivia muchos años, que no representa una renovación participativa real sino una plataforma que resguarda viejos privilegios. Plantear otras formas de autonomía, manifestar que son posibles e infinitas, más allá de las coordinadas por los ricos es también un acto valioso ante tan fuerte campaña de las élites. La autonomía somos todos, eso podría decir Santa Cruz y toda Bolivia.

Hago estas observaciones con especial cuidado puesto que no resido en Santa Cruz. Son producto de un tiempo que pasé allá recientemente. Hay que alentar estas voces que, sin necesidad de comprometerse con nadie, se desmarcan del nefasto discurso oligárquico que vela sólo por sus intereses. La coyuntura es propicia. Septiembre, el mes más nuestro como me dijo una tía (mi familia que reside en Santa Cruz hace muchas generaciones). Cómo dijo uno de los firmantes de ese manifiesto, Santa Cruz pudo ser el departamento conductor del cambio; todavía puede serlo. De una tierra que es única en su manera de contagiar alegría y esperanza no podemos esperar conservadurismos siempre. No aceptamos que en nuestro nombre se pregone y se ejerza la violencia. No aceptamos que se apropien de la verdad que puede nacer cada día en Santa Cruz. Fuerza Santa Cruz.

*miranda.ivanbor@gmail.com