miércoles, 28 de noviembre de 2007

Grupos intentan imponer por la fuerza el paro “conciencial” de Rubén Costas

ABI

Santa Cruz, 28 nov (ABI).- El paro “conciencial y pacífico” que había anunciado ayer el prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, quedó en eso, porque grupos de jóvenes de la Unión Juvenil Cruceñista tomaron calles y rotondas, y arremetieron contra todo aquel que no acataba la orden del Comité Cívico pro Santa Cruz.

Sin embargo, el paro solo se sintió en el centro de la ciudad hasta el tercer anillo porque en los mercado La Ramada y Abasto las actividades fueron normales. En el Plan Tres Mil las actividades se desarrollaron como todos los días, así como en la villa Primero de Mayo.

En el Plan Tres Mil o Ciudadela Andrés Ibáñez, grupos de jóvenes universitarios instalaron piquetes de vigilancia para impedir el ingreso de los unionistas y ante la amenaza de toma violenta de la radioemisora que funciona en ese populoso barrio.

“Nosotros no somos políticos, trabajamos con nuestro sudor y con nuestro sudor comemos”, aseguró uno de los comerciantes en declaraciones a Canal 7, cuya unidad móvil recorrió el mercado La Ramada.

En el Plan Tres Mil y la villa Primero de Mayo los taxistas y transportistas trabajaron normalmente. Las imágenes de televisión corroboraron ese trabajo y desacatado al paro político-cívico-empresarial.

Al igual que los mercados La Ramada y Abasto, en el barrio de La Cuchilla, ubicado en el cuarto anillo, el centro de abasto popular abrió sus puertas y las actividades comerciales se desarrollaron con normalidad.

“Como clase media no podemos darnos el lujo de parar. Además un paro sin libertad no es un paro cívico”, sentenció uno de los comerciantes a Canal 7.

LA VIOLENCIA

Sin embargo en las primeras horas de la mañana varios puestos de venta en algunos mercados fueron saqueados, sus propietarios golpeados, así como personas extorsionadas por el grupo de choque que una vez más mostró su carácter violento para imponer el paro cívico-empresarial.

Desde los primeros minutos de este miércoles, los unionistas comenzaron su “trabajo” obligando a los propietarios de centros nocturnos a cerrar sus puertas.

Ataviados con chalecos blancos que llevaban la leyenda “Autonomía es trabajo”, los jóvenes primero “persuadieron” a los parroquianos a retirarse inmediatamente, pero ante la resistencia de algunos usaron la fuerza.

Ese fue el mecanismo para obligar a cumplir lo que había determinado la reunión de dirigentes cívicos, prefecturales, empresariales y afines a los partidos de oposición.

Conforme pasaron las primeras horas de la madrugada, los bloqueos en los puntos estratégicos hasta el tercer anillo de Santa Cruz se consolidaron a cargo de los unionistas y jóvenes contratados por el Comité Cívico.

Se pudo constatar que la mayoría de los miembros de las brigadas de bloqueo se encontraban bajo los efectos de bebidas alcohólicas y la conformaban adolescentes de entre 13 y 20 años, aproximadamente. La “ley seca” anunciada por las autoridades municipales no fue acatada.

Por ello, el paro “conciencial” del que hablara el martes el prefecto Costas, quedó en palabras porque la realidad mostró que el amedrentamiento y la violencia se impuso una vez más.

En el tercer anillo, donde se efectúa la feria de Barrio Lindo, cerca de la estación bimodal y del barrio industrial; unionistas, vecinos y comerciantes se enfrentaron cuando los primeros intentaron cerrar por la fuerza ese centro de abasto. Hubo palos y piedras.

“La gente no nos deja vender y espantan a los clientes. No puede ser que vengan borrachos, se supone que había ley seca y no debían estar bebidos”, denunció una de las vendedoras afectadas por los grupos violentos.

“Nosotros no vivimos de la política, vivimos de lo que trabajamos, comemos de lo que trabajamos, tenemos hijos que mantener, nadie nos da para comer, los cívicos no nos dan nada para que podamos comer nosotros”, agrego indignada.

Mientras los grupos violentos obligaban a parar a los pequeños comerciantes, en el parque industrial las empresas instaladas en sus predios, a puertas cerradas, continuaban con sus actividades cotidianas.

Es decir que el paro no fue acatado ni siquiera por los trabajadores de la aceitera del magnate Branco Marinkovic, a la sazón presidente del Comité Cívico pro Santa Cruz, principal impulsor de la paralización de labores. Al parque industrial, los unionistas ni se acercaron.

Mucho más distendidos, los empresarios agropecuarios prepararon una olla común al bloquear el cuarto anillo a la altura del Cristo Redentor y señalaron que la paralización de las actividades en la ciudad es pacífica.

“Por supuesto que ellos tienen empresas y trabajadores. En la mañana ingresaron a sus fuentes de trabajo porque tienen sueldos fijos. Los empresarios los tienen cercado y trabajando”, denunció una comerciante de la feria de Barrio Lindo a la Radio Patria Nueva.

“Nosotros solamente tenemos dos días a la semana para poder vender. El miércoles y el sábado”, agregó.

En ese contexto, la gente más afectada ha sido la más pobre. Los vándalos que bloqueaban los puntos estratégicos aprovecharon el paro “conciencial” de Costas para extorsionar a los pequeños comerciantes.

Una mujer de la tercera edad, que vende refrescos, denunció a la Radio Patria Nueva que fue extorsionada por los unionistas cuando intentaba ingresar a la feria de Barrio Lindo.

“Un montón de jóvenes hicieron parar el taxi. Yo les dije que iba a la feria, pero me dijeron que si quería pasar pague 20 bolivianos, pagué, pero más allá otro grupos también me robó otros 20 bolivianos”, denunció, en medio de lágrimas, a la Radio Patria Nueva.

En ese contexto, en una rueda de prensa, el presidente del Comité Cívico pro Santa Cruz, Branco Marinkovic, dijo que el “paro fue un éxito” y agradeció “el apoyo espontáneo” del pueblo cruceño.

Según el magnate, la paralización de actividades fue en “defensa” de la democracia y la “libertad”, aunque obvió citar los actos vandálicos que cometieron sus grupos de choque.

Para el final de la jornada, Marinkovic anunció una evaluación final de la medida de presión y la aprobación de nuevas medidas de presión.

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