Grover Cardozo
12 de noviembre de 2007
El altercado entre el presidente venezolano Hugo Chávez y el Rey Juan Carlos de España para nada es un episodio aislado o un arranque hormonal de nervios de uno de ellos.
Ese encontrón reflejó una de las contradicciones fundamentales por las que atraviesa Iberoamérica y el Mundo. Durante siglos Europa, primero con Inglaterra y Francia y luego con España , dominaron de acuerdo a sus intereses a los países pobres y pequeños y nos condujeron a donde estamos. Atrasados y con millones de analfabetos y pobres. Entonces esa situación algún rato tenía que hacer crisis y producir sus propios liderazgos de defensa.
La Revolución Cubana y la Revolución Bolivariana, los cambios en Argentina, Nicaragua, Ecuador y Bolivia son respuestas a la crisis social, económica y política que creo el dominio español en América Latina.
El problema es que toda dominación en algún momento genera sus contradicciones, porque nadie acepta que un extraño maneje su propia casa. Sólo así se explica que hayan fracasado las pretensiones hegemónicas de Inglaterra en Estados Unidos y en otros tantos territorios de Europa y Africa. Cada pueblo tiene que gobernarse , autodeterminarse de acuerdo a sus costumbres, a su idiosincrasia sin modelos civilizatorios ajenos, porque a nadie le gusta que un ajeno ingrese a su casa a mandar.
Entonces en este momento los latinoamericanos estamos tomando conciencia de los problemas creados por el modelo colonial y decimos alto. Ahora queremos organizarnos y construirnos en la historia de acuerdos a nuestras necesidades y peculiaridades como pueblos.
Pero cuando los pueblos latinoamericanos queremos andar nuestro propio camino en lo político, social y económico, surgen personajes como el ex presidente español José Maria Aznar que desacreditan en todos los escenarios internacionales esa necesidad liberadora de los pueblos. Aznar en estos momentos está en campaña mundial para desacreditar lo que está ocurriendo en Venezuela, en Cuba, en Bolivia, en Ecuador e incluso en Argentina. No solo que critica a estos gobiernos, sino llega a insultarlos y ridiculizarlos con una serie de epítetos denigrantes y peyorativos propio de líderes ultraderechistas.
A eso responde la indignación del presidente Chávez.
Por eso reacciona el líder venezolano y afirma que Aznar es un fascista que tiene menos de humano que una víbora. Claro Chávez utiliza legítimamente el derecho de defensa, porque en aras de la democracia en el mundo, ni Aznar ni Bush tienen que seguir diciéndonos a los latinoamericanos lo que debemos o no debemos hacer. Porque eso es cuestión del pasado.
Este el contexto del altercado entre Chávez y el Rey Juan Carlos de España. El Rey será rey en España, pero en Bolivia y Latinoamérica ya no hay reyes ni monarquías sino democracias y cuando es así, son los pueblos son los que eligen como quieren gobernarse y construir su futuro.
lunes, 12 de noviembre de 2007
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