TeleSUR
Noviembre 15, 2007
El ministro Juan ramón Quintana aseguró que ''hay evidencias'' de que ''el Partido Popular del ex presidente Aznar de España (...) está financiando a los departamentos'' de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, ejes de la violenta campaña oposicionista contra el Gobierno.
- FFAA advierten a derecha boliviana que no permitirán actos de violencia contra la nación
El Gobierno de Bolivia denunció al Partido Popular (PP) español y al ex presidente José María Aznar, así como reiteró sus acusaciones contra Estados Unidos, contra su embajador en La Paz y su organización Usaid, por conspirar para desestabilizar la democracia en el país andino.
El ministro de Gobierno, Juan Ramón Quintana, dijo que el Partido Popular de Aznar "está financiando" a regiones bolivianas en las que el "Sí" ganó el referendo autonómico, como Santa Cruz, bastión de la oposición de derecha más radical.
Quintana hacía referencia a una consulta nacional realizada en julio de 2006 en la que los departamentos de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando se pronunciaron en favor de la autonomía regional.
Desde que el Movimiento al Socialismo (MAS) llegó al poder, con Evo Morales, los gobiernos de estas provincias han sido centro estratégico de la campaña oposicionista, muchas veces violenta, que bloquea y obstaculiza las reformas implementadas por Morales e impide el andamiento de la Asamblea Constituyente.
El ministro aseguró que "hay evidencias" de que "el Partido Popular, del ex presidente Aznar de España (...) está financiando a los departamentos" referidos.
"Eso ya está claro y lo vamos a denunciar con cifras (...) En los próximos días vamos a denunciar todo lo que es complot internacional contra el Gobierno", afirmó el ministro boliviano.
A juicio de Quintana, la confabulación no es "un problema del gobernador de Tarija, Mario Cossío, solamente, no es un problema de sus payasos", es un problema que tiene que ver con otras fuerzas "descontentas con el proyecto político de Evo Morales, que está dando muchos dolores de cabeza a un modelo neoliberal globalizado".
Las palabras del titular de Gobierno fueron emitidas esta semana durante una concentración de campesinos progubernamentales en la sureña ciudad de Tarija, y publicadas este jueves por el diario paceño La Razón.
También las agencias internacionales de noticias destacaron estas declaraciones conocidas tardíamente, y relacionaron esta nueva mención del ex presidente Aznar en un caso de injerencia que crea malestar internacional con el reciente intercambio verbal entre el rey Juan Carlos de España y el presidente Venezolano, Hugo Chávez.
Desde España, el diputado del PP Miguel Ángel Cortés dijo a el diario El País que su partido "tiene buenas relaciones con muchos dirigentes democráticos y 'gente sensata' de Latinoamérica", sin detallar si ello de alguna manera se relacionaba con las acusaciones de injerencia y desestabilización hechas contra Aznar.
No obstante, se apresuró a asegurar que " es absurdo pensar que el PP esté financiando nada. Y mucho menos un complot antidemocrático".
A su vez, el embajador de España en La Paz, Francisco Montalbán, no quiso dar declaraciones a la prensa. "Si el ministro tiene alguna denuncia, que me la haga conocer", afirmó de manera escueta.
EEUU sigue conspirando
Sobre la agencia de ayuda internacional de Estados Unidos (Usaid), Quintana dijo que el Gobierno tiene pruebas de que está financiando a grupos opositores de derecha y que, por tal motivo, se procederá a su expulsión, según La Razón, que no dio más detalles.
El ministro también dijo que existen medios masivos de difusión que "están sostenidos por un financiamiento informal" venido desde Estados Unidos.
Se trata de la segunda denuncia contra EEUU hecha en los últimos días por el Gobierno boliviano.
En ocasión de la XVII Cumbre Iberoamericana, que se celebró en Santiago de Chile la semana pasada, Evo Morales reveló que la la embajada de Estados Unidos en su país y la oligarquía boliviana conspiran contra los cambios estructurales que impulsa su Gobierno.
En esa oportunidad mostró una fotografía en la que aparece el embajador estadounidense en La Paz, Philip Goldberg, en compañía del "mafioso" colombiano Jhon Jairo Vanegas y del presidente de la Cámara de Industria y Comercio de Santa Cruz (Cainco), Gabriel Dabdoub.
Vanegas había sido detenido por las autoridades policiales de Bolivia, que lo acusaron de cometer robos en Santa Cruz. La polémica fotografía fue tomada el pasado mes de septiembre en una feria empresarial en esa ciudad.
El presidente Morales expresó su asombro "por la foto de Goldberg con un paramilitar" tomando en cuenta el fuerte dispositivo de seguridad que rodea al diplomático y que impide acercarse a él.
Este jueves, el embajador Goldberg informó que la Administración de George W. Bush convocó al embajador de Bolivia en Washington, Gustavo Guzmán, para expresarle su preocupación".
"Lo hemos convocado (a Gustavo Guzmán) porque tomamos en serio algo como este tema, tomamos este caso muy en serio", indicó Goldberg.
Aseguró que las denuncias de Morales "son infundadas" y que desconocía los antecedentes delictivos del colombiano Jhon Jairo Vanegas.
Asimismo, dijo no tener una información oficial sobre las denuncias contra Usaid, pero enfatizó que ese organismo "continuará brindando su apoyo" a Bolivia.
Y desde Washington, también este jueves, el portavoz del departamento de Estado, Sean McCormack, envió una amenaza al gobierno boliviano: "El mensaje básico es que paren con eso. Basta. Las alegaciones son falsas, son infundadas y no están ayudando a cultivar las relaciones entre Estados Unidos y Bolivia ", dijo.
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ESTADOS UNIDOS Y LA DESESTABILIZACIÓN EN BOLIVIA Y PARAGUAY
(Luis Agüero Wagner)
Dos de los más débiles eslabones en la cadena de dependencias sucesivas que Estados Unidos busca mantener congeladas en el tiempo en América Latina, Bolivia y Paraguay, tienen un largo historial de desestabilización e intervencionismo propiciados por intereses estadounidenses que son hechos suyos por los reyezuelos vendidos locales que han servido siempre de intermediarios.
El 19 de diciembre de 1924 un Directorio Federal designado por el presidente Calvin Coolidge, vicepresidente que completó el período al fallecer el presidente Warren Harding, formulaba que era de importancia esencial que las compañías estadounidenses adquieran y exploten los yacimientos petrolíferos en México y América del Sur, que no sólo “deben constituir una fuente de aprovisionamiento, sino que su control también debe estar en manos de nuestros conciudadanos”.
Esta expresión de deseos bastó para atraer sobre Bolivia y Paraguay el tenebroso espectro de la guerra y la muerte.
Establecida la Standard Oil Company en Bolivia, empresa fundada por el legendario empresario petrolero John Davison Rockefeller, pronto deseó extender su influencia al vecino territorio del Chaco que Paraguay reivindicaba como suyo, y esgrimía como título un fallo del mismo presidente de los Estados Unidos Rutherford Hayes, dado ante una controversia con Argentina por su posesión. El agente petrolero que urdiría la guerra entre Paraguay y Bolivia que siguió, era un aventurero texano que luego ganaría fama por sus enfrentamiento con el líder argentino Juan Domingo Perón. Se trataba de un heredero de yacimientos minerales en Chile y luego yerno de Simón Patiño, el norteamericano Spruille Braden.
Las promesas de Braden al presidente Daniel Salamanca de apoyo militar y jugosos créditos obtenidos en Wall Street por intermedio de sus influencias en el mundo de los negocios, llevaron a Bolivia a lanzar un ejército de nativos quechuas, aymarás y mineros de pulmones carcomidos por el sílice a la aventura de conquistar el Chaco. En la surrealista guerra olvidada que se desató se enfrentaron a tropas constituídas por labriegos parasitados y desnutridos a los que el gobierno de Asunción arrancó de los latifundios y les reemplazó los rudimentos de labranza por el fusil.
El fantasma de aquella guerra volvió a cernirse sobre el Chaco en coincidencia con la presentación de credenciales como representante del imperio en Paraguay del embajador James Cason, verdadero especialista en desestabilizar gobiernos y viejo conocido por su impertinente tendencia a la intromisión en varios países de Latinoamérica. Asunción, que durante las dictaduras de Pinochet y Videla fue una verdadera capital para el Operativo Cóndor y donde la embajada norteamericana (una ciclópea sede fortificado de varias hectáreas) estableció su Foreign Broadcasting Information Service para monitorear el espectro radioeléctrico de todo el Cono Sur, volvió a retomar dinamismo esta vez con la distribución de fuertes sumas en dólares entre organizaciones no gubernamentales de Bolivia y Paraguay.
Pronto los medios paraguayos conocidos por sus vinculaciones con la National Endowment for Democracy y USAID iniciaron una campaña de supuestas denuncias sobre tendencias belicistas bolivianas alentadas por Hugo Chávez buscando enfrentar al gobierno de Evo Morales con el de Nicanor Duarte Frutos. Luego siguieron grandes titulares que hablaban de supuesto secesionismo en varias regiones de Bolivia, que curiosamente empezaron a escucharse con anticipación en Paraguay hasta que finalmente se dieron en la práctica.
Actualmente James Cason financia a varios grupos opositores al gobierno paraguayo que en maniobra diversiva se presentaron como de izquierdas cerrando filas en torno al obispo Fernando Lugo, aunque apoyados por la prensa pro-imperialista de ultraderecha, a los que benefició con fuertes sumas en dólares para inficionar la sociedad civil en descrédito de partidos políticos tradicionales con la complacencia del conservador Partido Liberal, que no se siente incómodo acompañando a estos grupos por su conocida tendencia neoliberal e inescrupulosidad para aceptar sobornos y pactos deshonrosos.
Para hacerse una idea de la actitud parcial de Cason a favor de la oposición, basta mencionar que ante brotes de epidemia por fiebre amarilla entregó al gobierno apenas 50 mil dólares, mientras que para financiar a un partido opositor, el PMas que lidera Camilo Soares, un par de años atrás desembolsó 127 mil dólares.
La aparición de fiebre amarilla después de más de un siglo en Paraguay, la actitud indiferente de la oposición que la aprovechó para organizar mitines políticos y se negó a detener su campaña electoralista a pesar de la emergencia, y un llamativo atentado contra la vida del presidente Nicanor Duarte Frutos con un vaso de agua mineral en su mismo Comando Militar, son indicativos de vulnerabilidad en un país donde agentes norteamericanos tiene libertad para transitar a su antojo por el territorio, hacer estudios geo-espaciales y del subsuelo, experimentar con medicamentos en fase de prueba aplicándolos a la población en áreas rurales y otras iniquidades. A su vez la mayoría de los jefes castrenses que integran la cúpula militar en cuya sede se perpetró el atentado contra el presidente, son militares que han recibido instrucción en Estados Unidos, en la escuela de golpistas de Fort Benning y otras instituciones de donde salen los más leales vasallos al imperio que en un país bajo sujeción neocolonial puedan servir.
Todos los signos que viene dando la actitud insolente de James Cason para con el gobierno y las instituciones paraguayas son reveladores de que Estados Unidos no piensa renunciar a su papel preponderante por estas latitudes. Un hecho que, desgraciadamente para los sudamericanos, sólo augura más muerte, dolor, miserias y sufrimientos. --------------- Luis Agüero Wagner
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