Prensa Latina
La Paz, 5 dic (PL) El gobierno boliviano insiste hoy en el diálogo como única alternativa para solucionar los problemas nacionales, mientras la oposición pierde credibilidad por un doble discurso incitador a la violencia y la desobediencia civil.
Los llamados a la conciliación pacífica de las diferencias crecen en Bolivia, donde movimientos sociales y defensores de los derechos humanos condenan la estrategia desestabilizadora impulsada por los partidos tradicionales.
La víspera, el vicepresidente Alvaro García llamó a la reflexión a los participantes en sendas huelgas de hambre en las ciudades de Trinidad, Cobija, Tarija y Santa Cruz.
El también presidente del Congreso Nacional reconoció el derecho a efectuar medidas de presión, pero aseguró que los huelguistas fueron engañados con fines políticos.
García lamentó que los huelguistas se sacrifiquen mientras sus prefectos se reúnen en Estados Unidos con secuaces del ex presidente Gonzalo Sánchez de Losada, reclamado aquí por genocidio.
"Los intereses que mueven estas medidas son muy oscuros, sin duda Sánchez de Lozada bate palmas viendo este nivel de confrontación y tensión en el país", aseguró el vicepresidente.
Por su parte, el gobierno emplazó a los mencionados prefectos a explicar sus contactos en Estados Unidos con Jaime Aparicio, hombre de confianza del criminal Sánchez de Losada.
El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, lamentó la recurrente negativa de los prefectos a discutir con franqueza los problemas del país, pese a las sucesivas invitaciones del Ejecutivo.
Quintana acusó a Mario Cossío, Rubén Costas, Manfred Reyes Villa y Ernesto Suárez de pretender obstaculizar el juicio contra Sánchez de Losada por los crímenes de octubre de 2003.
La negativa de dichas autoridades departamentales a participar en una reunión convocada por el presidente Evo Morales, evidenció el desinterés de la oposición en fortalecer la democracia.
El virtual primer ministro condenó los incidentes ocurrido ayer en Tarija, donde grupos de choque encabezados por líderes cívicos atacaron instituciones públicas y agredieron a los empleados.
Esto confirma, destacó, la existencia de un doble discurso que el pueblo debe advertir: "democracia para afuera, violencia para dentro, golpizas a quienes discrepen de su punto de vista".
El ministro de la Presidencia ratificó la postura conciliadora del gobierno, reiteró la convocatoria al diálogo y llamó al cese de la violencia y financiamiento de grupos de choque.
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